jueves, mayo 01, 2008

Viaje a las Raíces (II): Alan Lomax

Mi primer interés por el blues despertó a partir de una conversación con nuestro amigo Germán "Lagartotranqui" hará algo más de dos años, si no tres. Lo único que sabía entonces del blues se limitaba a tener la noción de que era una de las raíces del Jazz, y que nosotros los lindy-hoppers lo usábamos para bailar lentos. Ahí se terminaba todo.

Pero en esa breve conversación, Germán logró fijarme dos ideas importantes respecto al blues:

1) Primero, corregir, que aunque en el entorno del lindy-hop solemos llamar blues a los temas lentos; los lentos que bailamos, en realidad, la mayoría de las veces no son blues. El blues es otra cosa.

2) Después, establecer, que una de las características principales del blues es lo que se conoce como "blue note"; que Germán me definió, más o menos, como "una nota con un sonido muy peculiar, y que no forma parte de las notas normales de la escala".

Es decir: Que lo que yo creía que era blues, no era blues, y que no tenía ni remota idea de que pudiera haber notas fuera de la escala musical.

Era un buen comienzo. Aquella conversación con Germán me había dejado intrigado: ¿Qué es un blues? ¿cómo suena? y ¿qué es eso de la "blue note"?

Estas preguntas se quedaron durante unos meses ramoneando perezosas por mi mente sin hacerse notar demasiado pero sin llegar a desaparecer del todo, hasta que por esas coincidencias de la vida un día (re)descubrí navegando al azar por Wikipedia la figura de Alan Lomax, alguien - sin saber que me interesaba - me regaló un doble CD con temas clásicos de blues, y pasando casualmente por delante del cine Verdi entré a curiosear y me enteré de que - con solo dos proyecciones previstas y empezando esa misma noche - habían programado precisamente un documental sobre su vida y obra: "El Cazador de Canciones". Tres sucesos sin conexión aparente, todos con una probabilidad bastante baja, encadenándose en apenas un puñado de días consecutivos.

Hay quien llama a esto Sincronicidad. Cuando el destino nos prepara estas carambolas será, pienso yo, que está tratando de decirnos algo. De modo que llamé a Duvi y a Amparo por si querían apuntarse y así de bien acompañados entramos los nueve* en el cine Verdi.

No hay viaje de exploración por tierras desconocidas que valga la pena si uno no se acompaña de un guía que conozca bien el terreno. Si quieres descubrir las raíces del blues, tu guía es Alan Lomax.


Lomax dedicó toda su vida a recorrer gran parte del mundo recogiendo grabaciones de música folclórica micrófono en mano, a menudo directamente a pié de carretera pero también en las plantaciones y las prisiones del sur de los EE.UU., las granjas de los montes Apalaches, los puertos pesqueros de las islas de Georgia, los campos de trabajo de las islas del Mar Caribe, Gran Bretaña, los pueblos de la Calabria italiana, e incluso algunos rincones de España.

El valor documental de su trabajo es extraordinario porque hizo lo que hizo justo en el momento en que las costumbres centenarias y la forma de vivir que dieron origen a toda esa cultura ya habían empezado a desaparecer de forma irreversible. Si no fuera por él hoy no contaríamos con el testimonio directo de sus grabaciones y la prueba - sobre todo en lo que se refiere a música afro-americana - de su enorme influencia en la música contemporánea.

Pero la importancia de su trabajo no se limita únicamente a las grabaciones que además de voces, temas e instrumentos insospechados incluyen entrevistas a algunos auténticos pilares de la história del Jazz, como Jelly Roll Morton; sino que además fué directamente responsable de descubir para el gran público a músicos que hoy tienen la categoría de mito dándolos a conocer y alentando sus carreras profesionales, de manera que si no fuera por él hoy probablemente serían completos desconocidos: Lead Belly y Muddy Waters entre otros.

Una de las principales motivaciones de Lomax, que le acompañó toda su vida, era la de lograr sacar a la luz la música popular, luchando a menudo contra las fuertísimas corrientes comerciales establecidas por las compañías discográficas y sus lacayos los medios de comunicación, que la eludían sistemáticamente enterrándola bajo la presión de las leyes del mercado.

Otra consecuencia importante de la popularización de su trabajo fué el resurgimiento del gusto público hacia la música folk en general, y hacia el Jazz tradicional y el blues en particular, que se produjo a caballo entre la década de los años 50 y 60 del sXX y que daría lugar a toda una nueva generación de músicos, que (especialmente desde el Reino Unido) recogieron el testigo de la música negra para, dando un paso más allá, traerlo hasta nuestros días.

(*) Cada uno de nosotros, con su persona y su circunstancia (3x3=9).

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